No tenemos noticia de un solo caso en el que se haya editado un libro sin tener nitidez sobre cuáles podrían ser sus destinatarios, sin que autor y editor tuvieran muy claro a quiénes iba destinada la tal publicación. Otra cosa es el éxito que se obtuviera; es decir, la mayor o menor aceptación (deseablemente grande, cuanto más mejor) que luego pudiera tener ésta entre aquéllos. Hasta hace muy poco, los libros como éste, de problemas de una materia científica de carácter básico, solían tener un colectivo de presuntos receptores muy numeroso. Nótese que, en las distintas universidades, había planes de estudios análogos y poco cambiantes, las asignaturas eran de curso completo, salvo excepciones, y muy similares de unos lugares a otros, con temarios parejos; esto es, prevalecía la inmovilidad y la uniformidad. En aquel entonces, un mismo libro, que generalmente era voluminoso, podía ser realmente útil durante mucho tiempo a estudiantes de todo tipo, de carreras notablemente diferentes. Hoy, la situación es muy otra; no sólo existe gran diversidad en las titulaciones que se imparten (y la cosa va a más), que además pueden cambiar de hoy para mañana, sino que, aun en el supuesto de titulaciones globalmente coincidentes, las materias se distribuyen en asignaturas con distintos criterios, de modos muy diferentes. Para mayor variedad, hay asignaturas anuales y las hay semestrales; la que aquí es de pocos créditos, allá puede serlo de muchos; se está llegando, incluso, a cambiar el orden en el que se imparten, dependiendo de en dónde se impartan. En este contexto, el tipo de libros que ayer funcionaban bien han dejado de ser útil. Hay que ir a otro modelo de manuales, que se adapten a las necesidades presentes, las cuales están gobernadas por el dinamismo y la heterogeneidad. Así pues, nada sería de extrañar que, allí donde ayer bastaba con un solo libro, quizá abultado, resulte que, para cubrir las variadas necesidades del momento presente, acaso lleguen a ser necesarios cinco textos, si no más. Muy bien puede seguir siendo útil un manual parecido al antiguo. También pueden ser necesarios varios libros de contenido parcial, resultados de dividir y complementar el gran manual de partida. Todo este trajín requiere del análisis detallado del actual panorama docente universitario, cosa engorrosa y complicada, como puede constatar cualquiera que, con buen juicio y criterio, se asome a este balcón. En este libro ofrecemos, a nuestro parecer, una colección muy completa y atinada de problemas para el Cálculo Diferencial de una y varias variables, al modo que hoy se aborda en los primeros cursos de los estudios universitarios de carácter científico y tecnológico. No se trata de un trozo de un manual completo, de los antiguos que decíamos más arriba; pero también es verdad que no se han desechado, de antiguos manuales, aquellos problemas que, válidos ayer, hoy siguen vigorosos. A ellos se han agregado nuevos problemas, que tenemos por no menos vigorosos, hasta obtener un todo completo y coherente, adecuado al momento actual. Juan de Burgos Román